En nuestra última píldora informativa, que hacía referencia al libro de Leah Hazard sobre el útero, una de las ideas que destacábamos es que la sangre menstrual había sido históricamente despreciada. Pues bien, en la píldora informativa de este mes veremos como este fluido puede ser muy importante para el diagnóstico de ciertas enfermedades y para el futuro de la salud reproductiva. Para hablar de ello, tomamos como referencia un interesantísimo artículo publicado por la revista Infomatronas en el mes de marzo.
Voluntarias y sangre menstrual para conseguir «tampones inteligentes«
Jessie Fream es una mujer de 40 años que desde hace algún tiempo recoge sus tampones usados, los sella en frascos y los envía por correo. Como ella, otras muchas voluntarias realizan la misma operación en Estados Unidos con sus tampones usados.
Por su parte, NextGen Jane es una startup de Estados Unidos con sede en California que se encarga de recolectar todos esos tampones usados que recibe de cientos de voluntarias como Jessie (hasta ahora han conseguido reunir más de 1500 tampones).
Tanto Jessie Fream, como voluntaria, como NextGen, como empresa, tienen un objetivo en común: analizar la sangre menstrual con el fin de crear nuevas formas no invasivas para el diagnóstico de enfermedades como la endometriosis, algo que sin duda, serviría para mejorar la calidad de vida de muchas mujeres. Así, todos esos tampones que hasta ahora solo servían para que fueran desechados, se convierten en “tampones inteligentes» capaces de reportar datos de gran valor que permitan desarrollar nuevas herramientas de diagnóstico y tratamientos para diferentes enfermedades.
Tampones que pueden diagnosticar enfermedades
Aunque utilizar la sangre menstrual para diagnosticar posibles problemas de salud pueda parecer algo raro, lo cierto que es un proceso que ya venimos realizando con otras muestras de nuestro cuerpo desde hace miles de años, como las de orina o heces, y que han servido para detectar potenciales enfermedades en innumerables pacientes.
Para conseguir su objetivo de encontrar biomarcadores que permitan desarrollar pruebas para enfermedades concretas y mejorar sus tratamientos, NextGen Jane se encarga de mapear los perfiles genómicos de las células en la sangre menstrual. El fin último es crear una instantánea de lo que sucede en el útero “día tras día, ciclo tras ciclo”, tal y como comenta Ridhi Tariyal, uno de los cofundadores de NextGen Jane en el año 2014.
Uno de los ensayos clínicos más avanzados de esta empresa norteamericana es el que tiene como objetivo el estudio de la endometriosis, enfermedad que se caracteriza por producirse una acumulación de tejidos del revestimiento uterino en otras zonas del abdomen. Una dolencia que puede provocar, entre otros, fatiga, infertilidad, dolor durante las relaciones sexuales o ciclos menstruales irregulares. Sin embargo, se puede dar el caso de que una mujer padezca esta enfermedad y no presente síntoma alguno, o que incluso sea complicada de diagnosticar y tratar por los propios médicos (algunas mujeres solo se enteran del problema ante la dificultad para quedarse embrazadas). Actualmente, la única opción para diagnosticarla es realizando una laparoscopia.
Ante este escenario, los proyectos de estudios de la sangre menstrual que realizan empresas como la ya citada NextGen Jane o los ensayos clínicos llevados a cabo a través del estudio ROSE (quienes analizan también la sangre menstrual recogiéndola en copas menstruales) pueden servir para encontrar una alternativa de diagnóstico no invasiva que contribuiría a mejorar la vida de muchas mujeres.
Fuentes de la información: