Es obvio que la lactancia materna no es una ciencia exacta como pueden serlo las matemáticas, en donde 2 x 2 siempre serán 4. Son muchos los factores y condicionantes que influyen en que la lactancia se desarrolle de un modo u otro. Teniendo en cuenta los numerosos beneficios que aporta la lactancia para madre e hijo, cualquier idea o avance que facilite esta tarea es bienvenida. Una de esas ideas la encontramos en un interesante estudio del que se hace eco la revista «Matronas Hoy» que trataremos de desgranar en nuestra píldora informativa de este mes.
El problema
La lactancia materna está recomendada por las más prestigiosas organizaciones como la OMS o UNICEF, ya que los beneficios que aporta a la madre y al bebé son numerosos, convirtiéndose en el alimento ideal para el recién nacido. Por todas estas razones, resulta clave contar con todas aquellas herramientas que ayuden a mantener la lactancia materna.
Sin embargo, como decíamos al comienzo, la lactancia materna no es una ciencia exacta y pueden aparecer numerosos factores que conduzcan a que no se pueda continuar amamantando al bebé (regreso de la madre al trabajo, problemas relacionados con el agarre al pecho del bebé…). De hecho, el artículo de la revista «Matrona Hoy« indica que “solo el 68,40% de las madres ofrece lactancia materna exclusiva a las 6 semanas y tan solo el 24,72% lo hará cuando el bebé cumpla los 6 meses”.
Ante esta dificultad para amamantar al pequeño, la alternativa a la que tienen que recurrir muchas madres es al uso del biberón, lo que puede traer consigo a su vez otros dos problemas: dificultad para continuar con la lactancia materna y rechazo del propio biberón:
Dificultad para continuar con la lactancia: la lactancia se puede ver comprometida al utilizar una tetina morfológicamente diferente al pecho de la madre, llevando al recién nacido a una confusión entre tetina y pezón y al posterior abandono de la lactancia materna en beneficio del biberón.
Rechazo del biberón: pero el uso de biberones puede acarrear otro problema: el propio rechazo al biberón por ser morfológicamente diferente al pecho de la madre.

La idea
Visto lo visto, parece conveniente buscar soluciones para que el uso del biberón no repercuta en el abandono de la lactancia materna. Como leemos en el artículo, una posible e innovadora solución sería utilizar biberones y tetinas individualizados que se parezcan lo máximo posible al pecho de cada madre y que el bebé no encuentre grandes diferencias entre alimentarse a través de uno o de otro, consiguiendo, de este modo, que madre y bebé puedan continuar con la lactancia materna.
El estudio
Para conocer el posible éxito de esta idea se realiza un estudio entre una muestra de 1680 mujeres mayores de 18 años en periodo de lactancia, diseñando un biberón cuya característica principal es que reproduce de forma individual el pecho de cada una de las madres (además de algunas otras como que sean manejables, prácticos, fáciles de limpiar, resistentes, con doble flujo, alta resistencia a elevadas temperaturas y fabricado con silicona médica para una textura más agradable al paladar del pequeño).
El resultado
El estudio trataba de conocer y evaluar cómo la utilización de un biberón individual para cada madre que represente la morfología de su pecho podría afectar a la lactancia materna. Las conclusiones principales son el alto nivel de satisfacción de su uso, que favorece el mantenimiento de la lactancia materna y que, además, contribuye a aumentar las tasas de aceptación del biberón, tal y como lo demuestran las cifras:
- 97,4% de las madres informó que no se interrumpió su lactancia materna
- 94,3% de los bebés aceptó el biberón con la forma del pecho de su madre
- 68,9% de las madres consideró su uso determinante para mantener la lactancia materna
- 98,2% de las madres recomendaría este tipo de biberón individualizado.
Fuente de la información: Revista Matronas Hoy